Un grupo de autores españoles de la Unidad de Arritmias del Departamento de Cardiología del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca, de la Universidad de Salamanca, publicaron en la edición online del 16 de septiembre del JICE (Journal of Interventional Cardiac Electrophysiology) los resultados de su investigación referente a los predictores y consecuencias clínicas y la efectividad de los primeros versus sucesivos intentos de estimulación antitaquicardia*.
Señalan que la programación de estimulación antitaquicardia (ATP por sus siglas en inglés) se ha vuelto altamente flexible desde su incorporación en los años 90 en desfibriladores automáticos implantables (DAI por sus siglas en inglés), utilizados como una mejora que evita los choques para tratar las taquicardias ventriculares monomórficas (TV).
Por lo general, hay dos zonas de detección de TV que se definen por la longitud del ciclo (CL por sus siglas en inglés), de la siguiente manera: TV rápida para CL igual o inferior a 320 ms y TV lenta (S-VT) para CL superior a 320 ms. Dentro de cada zona, se pueden programar varias terapias ATP.
Las taquicardias ventriculares lentas (TVS por sus siglas en inglés) son la causa más frecuente de terapias apropiadas en poblaciones no seleccionadas de pacientes con DAI.
ATP termina la mayoría (80-90%) de S-VT (pero no todas como es notorio en los porcentajes de efectividad) con una tasa de aceleración extremadamente baja.
En este contexto, se ha demostrado que una programación menos agresiva como terapia inicial (compuesto por 15 pulsos al 91% de VT CL) es la estrategia más segura y efectiva.
Por lo tanto, ATP generalmente se programa como una secuencia de ráfagas consecutivas para tratar S-VT. Sin embargo, no hay datos sobre la eficacia relativa y las comparaciones entre la primera y las posteriores terapias ATP. Además, datos recientes sugieren que la efectividad del ATP disminuye cuando aumenta el tiempo de evolución de la TV.
Con tales consideraciones se llevó a cabo un estudio prospectivo destinado a evaluar la eficacia y la seguridad (y sus predictores) de ráfagas de ATP consecutivas para tratar las TVS.
Fueron estudiadas así 556 S-VT (CL = 354 ± 18). La programación ATP fue estandarizada e incluyó tres ráfagas de 15 pulsos al 91% de VT CL.
La efectividad del ATP disminuyó de ATP-1 (436/556: 78%) en comparación con ATP-2 (24/103: 23%) y ATP-3 (10/79: 13%) (p <0.01) para todas las comparaciones.
El porcentaje de variación de los intervalos RR (P-RR,%) fue mayor antes de la ATP-1 efectiva (2.73 ± 1.45 vs. 1.23 ± 0.9; p <0.001). Después de un ATP-1 ineficaz, el P-RR disminuyó dramáticamente, sin diferencias entre los episodios terminados o no en ATP-2 (0.6 ± 0.14 vs. 0.44 ± 0.16; p = 0.6) o ATP-3 (0.54 ± 0.15 vs. 0,52 ± 0,14; p = 0,7).
El intervalo de estimulación posterior: la diferencia de CL (PPI-TCLd) después de un ATP-1 fallido fue más corto en los episodios que terminaron en ATP-2 o ATP-3 (180 ± 24 frente a 211 ± 15 ms; p <0,001).
Se encontraron varios predictores independientes de la eficacia del ATP, como sigue:
(a) ATP-1: P-RR,% (OR = 7.3; p <0.001), betabloqueantes (OR = 4.1; p <0.001) y QRS ≥ 120 ms (OR = 0,3; p <0,001);
(b) ATP-2: PPI-TCLd (post-pacing interval—CL difference), ms (OR = 0,94; p = 0,001) y QRS ≥ 120 ms (OR = 0,6; p = 0,04);
(c) ATP-3: PPI-TCLd, ms (OR = 0,93; p = 0,009).
Como conclusiones, la efectividad del ATP en la terminación de S-VT se debe principalmente al ATP-1.
La regularización de CL después de ATP-1 ineficaz subyace a la reducción de la eficacia de los intentos posteriores. PPI-TCLd más largo se asocia con tasas más bajas de efectividad de ATP-2 y ATP-3 cuando falla ATP-1.
Dado que una duración de QRS nativo ≥ 120 ms predice un PPI-TCLd superior a 200 ms, los pacientes con complejos QRS anchos tienen ATP-2 y APT-3 menos efectivos, lo que conduce a una mayor frecuencia de síncope relacionado con S-VT.
Por lo tanto, la duración del complejo QRS proporciona información adicional para individualizar la programación de las terapias ATP. Según los datos proporcionados por los autores, los sujetos con complejos QRS anchos no parecen beneficiarse de la programación de más de una secuencia ATP.
* Jiménez-Candil, J., Durán, O., Núñez, J., Bravo, L., Hernández, J., García AM., Morinigo, J., Sánchez, PL:. J Interv Card Electrophysiol (2019). https://doi.org/10.