Un didáctico artículo que refleja la opinión de dos autores del Massachusetts General Hospital, Harvard Medical School de Boston puede ser una guía de cómo proceder frente al atleta en el que se diagnostica un Wolff Parkinson White*.
Señalan los autores que hay dos consideraciones iniciales durante la evaluación de un atleta con evidencia electrocardiográfica de preexcitación ventricular, un hallazgo caracterizado por un intervalo de PR acortado (<120 ms) y una imagen arrastrada del QRS inicial (slurring), u “onda delta”, un patrón comúnmente conocido como síndrome de Wolff-Parkinson-White (WPW).
La primera es excluir la presencia de cardiopatía estructural concomitante (p. Ej., Miocardiopatía hipertrófica) o valvular (p. Ej., Anomalía de Ebstein), lo que confirma la presencia de WPW aislado.
El segundo es diferenciar a los atletas con el patrón de WPW de los atletas con síndrome de WPW.
Los atletas con patrón de WPW tienen preexcitación pero no síntomas que sugieran arritmia; Los atletas con síndrome de WPW tienen pre-excitación y arritmias sintomáticas que involucran su vía accesoria.
En relación al patrón de WPW los autores consideran que todos los atletas con tal patrón requieren una estratificación de riesgo para muerte súbita cardíaca (MSC), que puede ocurrir cuando se realiza una fibrilación auricular rápida por la vía accesoria anterógrada a frecuencias cardíacas suprafisiológicas que culminan en fibrilación ventricular.
Los autores sugieren utilizar un enfoque paso a paso para la estratificación del riesgo de MSC obteniendo electrocardiogramas seriados para documentar la persistencia de la onda delta, ya que la pérdida intermitente de la preexcitación implica un período refractario de la vía accesoria más prolongado y un menor riesgo de muerte súbita.
A continuación, proceder a las pruebas de ejercicios de esfuerzo máximo con las siguientes consideraciones técnicas:
• Atención cuidadosa a la colocación y aplicación de los electrodos.
• Uso de una bicicleta fija en lugar de cinta de correr para minimizar los artefactos de movimiento
• Uso de velocidad de papel de 50 mm / s para mejorar la visualización de onda delta y el rendimiento de diagnóstico
Una pérdida abrupta de la onda delta durante la taquicardia fisiológica de las pruebas de ejercicio coloca al atleta en bajo riesgo de MS.
En estos casos, el atleta puede regresar a la participación atlética completa con el entendimiento de que el seguimiento longitudinal es necesario ya que en el futuro pueden aparecer arritmias sintomáticas, aunque no amenazan la vida.
Si la onda delta persiste durante las pruebas de ejercicio, es recomendable remitir a los atletas para un estudio de electrofisiología de diagnóstico.
La medición de las propiedades de conducción anterógrada de la vía accesoria se realiza mediante la evaluación del intervalo RR preexcitado más corto (SPERRI)mientras se realiza la fibrilación auricular.
Un SPERRI de ≤250 ms indica que la vía accesoria puede conducir rápidamente y coloca a la persona en mayor riesgo de SCD.
Recomiendan que los atletas con vías de alto riesgo se sometan a una ablación con catéter.
En contraste, aquellos con un SPERRI de> 250 ms tienen un riesgo bajo y pueden seguirse longitudinalmente sin ablación como se describió anteriormente.
En cuanto a los portadores de síndrome de WPW los deportistas con vías de alto riesgo deben ser referidos para la ablación con catéter.
La ablación con catéter de la vía accesoria tiene altas tasas de curación (95% -96%) cuando se realiza en centros con experiencia, con bajo riesgo (<1%) de bloqueo atrioventricular iatrogénico durante la ablación de las vías accesorias septales.
El tratamiento médico con medicamentos antiarrítmicos es menos eficaz, puede dificultar el rendimiento deportivo y puede tener efectos secundarios no deseados, incluida la arritmia. Por lo tanto, los medicamentos se reservan para los casos en que la ablación con catéter está contraindicada.
Por último, consideran a los atletas “master”, con edades más altas
El manejo de un hallazgo incidental de un patrón de WPW en un atleta Master (> 35 años) sigue siendo un área de incertidumbre.
En teoría, la conducción de las vías accesorias se ralentiza con la edad y los atletas de mayor edad pueden tener inherentemente un menor riesgo de MS dadas las décadas anteriores de supervivencia libre de eventos.
Sin embargo, no hay datos primarios convincentes para guiar el manejo de estos pacientes.
Como tal, sugieren involucrarse con el atleta en un proceso de toma de decisiones compartido en el que se presenten y discutan opciones tanto conservadoras como más agresivas, caso por caso.
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Baggish AL, Shah AB. MY APPROACH to the Athlete With
Wolff-Parkinson-White Syndrome (WPW). Trends Cardiovasc Med. 2018
Feb;28(2):154-155. doi: 10.1016/j.tcm.2017.09.005. Epub 2017 Oct 3.