El tema del bloqueo interauricular ejerce particular atracción al Editor de la NOTICIA DE LAHRS posiblemente porque se involucren afectos, amén de la importancia clínico epidemiológica que tiene, ya que dos muy queridos colegas y amigos están íntimamente vinculados a él: el propio Antoni Bayés de Luna que clasificó los tipos de IAB (por sus siglas en inglés) como parciales cuando la duración de la onda P era ≥120 ms, y avanzado cuando la duración de la onda P era ≥ 120 ms y tenía un patrón bifásico en las derivaciones inferiores (II, III, aVF) y Adrián Baranchuk, que propuso designar como Síndrome de Bayés cuando estos hallazgos se acompañaban de arritmias supraventriculares como la FA.
Esto que se señala es motivo para que una publicación reciente del Pacing and Clinical Electrophysiology que tiene como autores a conocidos investigadores españoles junto a Baranchuk, sea comentada hoy en esta NOTICIA DE LAHRS*: la onda P y el bloqueo interauricular, nuevo predictor de episodios de arritmias de alta frecuencia auricular en pacientes con dispositivos electrónicos cardíacos implantables.
Varias décadas atrás, Bachmann definió el bloqueo interauricular (BIA) como la presencia de alteraciones de la conducción entre ambas aurículas, dando como resultado una duración prolongada de la onda P.
Muchos años después, Bayés de Luna describió las alteraciones de la conducción interauricular en algunos elegantes estudios electrocardiográficos y vectocardiográficos . También describió la presencia de IAB como un marcador para el desarrollo futuro de diversas taquiarritmias auriculares.
En 2012, todos estos conceptos se resumieron en un documento de consenso y en los últimos años varios estudios demostraron la relación del BIA con nuevos episodios de fibrilación auricular (FA), recurrencia de la FA después de la cardioversión eléctrica o el aislamiento de venas pulmonares y progresión de FA persistente a permanente. Además, Spodick et al encontraron una relación entre IAB y riesgo embólico y accidente cerebrovascular.
También se ha informado recientemente que en pacientes con dispositivos electrónicos cardíacos implantables (CIED por sus siglas en inglés), la presencia de episodios auriculares de alta frecuencia (AHRE por sus siglas en inglés, atrial high rate episodes) durante las interrogaciones de rutina se relaciona con el desarrollo de nuevos episodios clínicos de FA y con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular y embolia sistémica.
Esto llevó a creer que AHRE se puede usar como sustituto de FA.
La definición de AHRE es variable, pero generalmente se refiere a episodios de frecuencia auricular ≥180 lpm con una duración mínima de 5 min. Requiere confirmación con electrogramas intracardíacos y la ausencia de artefactos o interferencias eléctricas o mecánicas.
El objetivo del estudio que se comenta fue evaluar si la duración de la onda P y la presencia de IAB en el electrocardiograma de superficie antes de la implantación de un dispositivo, podrían predecir el desarrollo futuro a largo plazo de AHRE.
A tales fines se incluyeron 380 pacientes (57% hombres, 75 ± 10 años) que tenían implantado un dispositivo. IAB se definió de acuerdo con los criterios del consenso internacional. AHRE se definió como un episodio de frecuencia auricular ≥ 225 lpm con una duración mínima de 5 min.
La FA paroxística documentada antes de la implantación estaba presente en el 24% de los pacientes, el 80% tenía hipertensión y el 32% enfermedad cardiaca estructural.
La duración media de la onda P fue de 123 ± 23 ms, y el 39% de los pacientes tenía BIA (32% parcial, 7% avanzado).
Después de un seguimiento medio de 18 ± 12 meses, el 33% de los pacientes presentaron AHRE. Los pacientes con AHRE tuvieron una duración de onda P significativamente más larga (130 ± 24 ms frente a 119 ± 21 ms; p <0,001) y una mayor prevalencia de BIA (53% frente a 32%; p <0,001).
En un análisis multivariado, los predictores de AHRE fueron: IAB (OR 2,1; IC del 95% [1,3-3,4] p <0,001) y FA paroxística previa (OR 2,6; IC del 95% [1,5-4,3] p <0,001). En pacientes sin FA previa, la presencia de BIA también fue un predictor significativo de AHRE (OR 3,1; IC del 95% [1,8-5,5] p <0,001).
Como conclusiones del estudio los autores manifiestan que el IAB es un fuerte predictor de AHRE en pacientes con CIED. Este hallazgo es independiente de la presencia de FA paroxística previa.
* Rubio Campal, J. M., Benezet-Mazuecos, J., Iglesias Bravo, J. A., Sánchez Borque, P., Miracle Blanco, Á., de la Vieja Alarcón, J. J., Martínez Mariscal J., Baranchuk, A. M., Farré Muncharaz, J. (2018). P-wave and interatrial block: New predictor for atrial high rate episodes in patients with cardiac implantable electronic devices. Pacing and Clinical Electrophysiology, 41(3), 223–228. doi:10.1111/pace.13268