Autores australianos y de EEUU publicaron en la edición de enero de 2019 del Heart, Lung & Circulation una revisión que abordó el complejo tema del manejo contemporáneo de las tormentas eléctricas*.
La tormenta eléctrica (ES por sus siglas en inglés) es una emergencia médica peculiar caracterizado por múltiples episodios de arritmia ventricular sostenida en un corto período de tiempo, por lo general 24 horas.
En la mayoría de los casos, la taquicardia ventricular monomórfica constituye la arritmia primaria, sin embargo, la taquicardia ventricular polimórfica y la fibrilación ventricular (FV) también están implicadas. En pacientes sin cardiodesfibrilador implantable (CDI), generalmente se acepta que tres o más episodios discretos de arritmia ventricular dentro de las 24 horas, o arritmia ventricular incesante durante más de 12 horas, constituyen una tormenta eléctrica.
En pacientes que ya tienen uno implantado, esta afección se define como la aparición de tres o más terapias apropiadas dentro de un período de 24 horas, separadas unas de otras por lo menos por 5 minutos.
ES afecta predominantemente a pacientes con cardiopatías estructurales graves, sin embargo, también se notifica en canalopatías como el síndrome de Brugada y el síndrome de QT Largo.
Los factores clínicos asociados con una mayor incidencia de estas arritmias incluyen: fracción de eyección ventricular izquierda deteriorada, implantación previa de un cardiodesfibrilador por prevención secundaria, tratamiento con agentes antiarrítmicos de clase I y taquicardia ventricular monomórfica como arritmia subyacente.
El desarrollo de ES se asocia con un mayor riesgo de muerte, trasplante cardíaco y hospitalización por insuficiencia cardíaca descompensada.
Su manejo requiere una atención multidisciplinaria compleja, incluyendo la programación del dispositivo, apoyo hemodinámico, el uso de medicamentos antiarrítmicos, identificación y reversión de factores precipitantes, y consideración de la ablación por catéter y modulación neuroaxial.
Esta revisión de última generación resumió el conocimiento y el tratamiento contemporáneos de la ES
También está asociada con la morbilidad psicológica de múltiples descargas deI CDI y la utilización exponencial de recursos de salud.
Hasta un 30% de los receptores de cardiodesfibrilador pueden experimentar tormentas en el seguimiento, con un riesgo mayor en pacientes con indicación del implante por prevención secundaria. La tormenta se repite en una alta proporción de pacientes después de un episodio inicial y pueden ocurrir múltiples episodios durante el seguimiento.
El mecanismo íntimo de desencadenamiento sigue siendo difícil de conocerse, pero probablemente esté influenciado por una interacción compleja de factores (p. ej., Isquemia, alteraciones electrolíticas), con perturbaciones autónomas que actúan sobre un sustrato estructural y electrofisiológico vulnerable.
Los desencadenantes se pueden identificar solo en una minoría de pacientes. Se justifica un enfoque de tratamiento emergente, si es posible con traslado de emergencia a un centro de alto volumen para el manejo de arritmias ventriculares con un enfoque multimodal que incluye reprogramación del CDI, bloqueo simpático (sedación, intubación, ventilación, bloqueadores beta) y fármacos antiarrítmicos y técnicas de intervención coadyuvantes, como ablación con catéter y modulación neuroaxial (p. ej., anestesia epidural torácica, bloqueo del ganglio estrellado).
Los resultados de la ablación con catéter de la EE son excelentes con resolución de la tormenta en más del 90% de los pacientes al cabo de 1 año con una tasa de complicaciones baja (∼2%)
* Geraghty L, Santangeli P, Tedrow UB, Shivkumar K, Kumar S. Contemporary Management of Electrical Storm. Heart Lung Circ. 2019 Jan;28(1):123-133. doi: 10.1016/j.hlc.2018.10.005. Epub 2018 Oct 15. PMID: 30554598..